siempre con igual cariño
y a cualquier edad se es niño
cuando una madre se muere"
Descanse en Paz
Blog para hablar de nuestro pueblo
Su figura se relacionó con la batalla de Alcoraz (Huesca) de 1096, en el curso de la cual habría ayudado al ejército del rey Pedro I. Combate rodeado de leyenda que relata como las tropas moras, situadas en Huesca buscaron el socorro del rey moro de Zaragoza Almozaben, que acudió al sitio con innumerables tropas. Al campamento cristiano acudió toda la nobleza montañesa con sus tropas, pero era inmensamente mayor el ejército musulmán. Apareció entonces San Jorge luciendo una cruz roja en pecho y escudo, y trayendo un caballero con él con las mismas cruces. Comenzada la batalla, todos quedaron admirados por su valor, siendo la victoria para los cristianos.
Sin éxito buscaron al caballero anónimo, San Jorge, para darle las gracias, pues había desaparecido como había llegado. Encontraron a su acompañante que contó que estando en Antioquía, en la guerra de las cruzadas de Oriente, mataron a su caballo y al encontrarse en el suelo, lanzó el grito de guerra: ¡San Jorge, a ellos!. Inmediatamente vio a su lado a un joven caballero, que lo montó junto a él a la grupa de su caballo y volando por los aires lo transportó desde Tierra Santa hasta Aragón, a los llanos de Alcoraz en auxilio de los cristianos de Huesca, contribuyendo a su victoria sobre los moros. El jinete era San Jorge, y en el lugar de la batalla levantaron una ermita en su honor. Su cruz roja sobre fondo blanco fue la señal de Aragón y puede afirmarse que San Jorge ha sido formalmente patrón de Aragón desde la Edad Media.
Paseando por las afueras del pueblo he pasado por el campo de fútbol y me han venido muchos recuerdos a la cabeza. Lo primero que he sentido ha sido una honda tristeza al ver el estado en que se encuentra la histórica “Buitrera”. Aquella que tantas tardes de buen fútbol nos ha hecho vivir se encuentra ahora en un estado realmente lamentable, abandonada, ruinosa...
La famosa variante para que el tráfico no pase por Erla es una de las culpables, pero no la única. Yo me hago una reflexión: las autoridades de Erla no podían haber pedido una contraprestación por la pérdida forzosa de estas instalaciones deportivas. Por desgracia ahora no tenemos equipo de fútbol, ¿pero acaso podremos volver a tener los domingos tardes de fútbol en Erla? Desde luego en el Campo de Santa Ana ya no, principalmente porque su ubicación actual, al lado justo de la variante, lo hace inviable. Nos hemos quedado sin equipo y sin campo de fútbol. Y si no hay campo no puede haber equipo.
En plena época de crisis, donde no hay dinero para casi nada, y con una falta de ideas, interés o ganas de reclamar una compensación justa por la pérdida de nuestra querida “Buitrera”, el futuro de la, en otrora gloriosa, A.D.ERLA está hipotecado de por vida...
Una auténtica pena, sí señor.
Qué sería de nuestro pueblo sin el río Arba de Biel. Para los erlanos, desde nuestro nacimiento, el Arba (como le llamamos nosotros) ha sido un sitio ideal de recreo y esparcimiento como ningún otro. Los baños y las tomas de sol en verano (antes de tener nuestra estupenda piscina municipal) eran una de nuestras actividades favoritas en el tiempo de ocio, amén de las mañanitas de pesca que, los que somos aficionados a este deporte, nos pegábamos. El Arba siempre cristalino, siempre puro, dejaba ver manadas de madrillas, barbos y demás especies que habitan su cauce. No cabe duda que hablar del Arba es hablar de nuestra infancia, de nuestros recuerdos, de libertad, de vida, de uno de los tesoros más grande que tiene nuestro pueblo.
Como dato geográfico, decir que el Arba de Biel nace en la vertiente sur de la sierra de Santo Domingo. Fluye hacia el sur por un valle encajado hasta Luna donde se abre al entrar en la llanura de Cinco Villas. En Erla gira en dirección oeste, cerrando por el sur el casco urbano de la villa de Ejea de los Caballeros, hasta su encuentro, poco más adelante, con el Arba de Luesia. A su vez, el Arba de Luesia nace en la vertiente sur de la misma Sierra de Santo Domingo. Desde allí discurre en dirección suroeste hasta Biota, donde se abre al entrar en la llanura tomando rumbo sureste hacia Ejea, donde se encuentra con los del Arba de Biel y el Riguel. Una vez unidos el Arba de Luesia y el Arba de Biel, poco más abajo del casco urbano de Ejea, el cauce del Arba atraviesa la parte sur del término municipal de esta villa y cruza de norte a sur todo el término de Tauste, hasta desembocar en el río Ebro, finalmente, en Gallur.
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