Entre el
Moncayo y el
Pirineo. Arquitectura y naturaleza. La
Villa de Erla se se sitúa en la llanura, pero cercana a las montañas. Su situación la convirtió en un enclave fundamental para la defensa de la provincia de
Zaragoza durante los años de Reconquista. El municipio contó con un castillo durante la época, en la actualidad desaparecido. Sus restos todavía se encuentran en el lugar que ahora ocupa la
Ermita de la Corona. Pero esta no fue la única defensa del lugar ya que el recinto amurallado llegó a rodear todo el municipio. En su interior se levantó la sólida iglesia parroquial y durante el señorío de la familia
López de Gurrea se mandó construir el torreón que domina el discurrir de la villa, probablemente a mediados del
siglo XV.
La
Torre de Señorío se ajusta a las características de las torres que entre los
siglos XIII y XV se generalizaron con la función de servir de residencia más o menos permanente del señor, a la vez que de puestos defensivos de sus propiedades. Está construida íntegramente en piedra sillar, presenta planta rectangular dividida en dos crujías y consta de dos pisos. "La construcción es una maravilla de la arquitectura que ha logrado dar un gran renombre al pueblo", explica satisfecho el
concejal de Cultura de Erla,
José Gonzálvez. En
1981 se llevó a cabo una restauración parcial del edificio y fue
Declarada Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Aragón en el
2001.
El aspecto exterior constituye un bloque compacto cuyas fachadas laterales enlazan de un lado con la iglesia parroquial y de otro con las viviendas que se construyeron sobre el lienzo de la muralla. En la planta baja se localiza el paso de la calle, por un lado en arco apuntado y por el otro en falso arco.
Otro de los referentes artísticos de
Erla es la
Iglesia de Santa María. De planta románica, su portada (algo erosionada por el paso de los años) es una magnífica muestra del gótico primitivo, algo que se completa en su interior con dos retablos excepcionales y cuidadosamente restaurados que muestran escenas de la vida de la
Virgen de la Corona y de
San Juan Bautista. "Tras la restauración la visita es muy recomendable", asegura
Gonzálvez. El recinto se podría considerar casi un museo en miniatura sobre el origen del gótico y se puede conocer, precisa el
concejal de Cultura, solicitando la visita a la sacristana del templo o los días de culto. Con tiempo también se puede avisar de la visita en el ayuntamiento. Lo mismo sucede con la
Torre del Señorío, que al estar al lado de la iglesia se tiene que descubrir con el mismo procedimiento. Las panorámicas desde su torre merecen la pena.
El visitante de
Erla tampoco tiene que dejar pasar una visita a la ermita de la
Virgen de la Corona. Construida entre los estilos románico y gótico primitivo hacia el
siglo XIII también ha sido restaurada recientemente. Se trata de una sencilla fábrica de nave única rematada por un ábside semicircular. En el interior se conservan pinturas murales del
siglo XV, probablemente retocadas en el
siglo XVIII y restos de un Pantocrator que todavía conserva los sorprendentes colores de su decoración original.
Como en gran parte de los municipios de las
Cinco Villas, el turismo en
Erla se concentra los fines de semana y tiene un carácter cultural y de naturaleza. "Nos encontramos con mucho viajeros que van de paso a
Navarra llegados de
Huesca. Muchos están en la zona gracias a las ofertas de turismo rural que se han puesto de moda", explica el concejal.
En los alrededores de la ermita también se encuentran los restos de
Castillo de Paúles. "Es una visita muy agradable porque lo que nos ha quedado de la fortaleza está muy bien conservado", relata
Gonzálvez. "Desde lo alto de la montaña se tienen unas vistas espectaculares del
Moncayo y el
Pirineo, por lo que los interesados en la naturaleza no suelen olvidar este paisaje", indica. Una mezcla de arte y naturaleza que solo se puede disfrutar con intensidad en enclaves privilegiados como este pequeño pueblo a los pies de los
Pirineos.
Artículo de David Chic publicado en El Periódico de Aragón
Fuerte carácter defensivo (
El Periódico de Aragón - 02/02/2014 )
Entradas
